Si había algo que, desde el principio, me apetecía probar de
Akro Madrid, además de las manos de Marta Yuste, o la cabina de estética, era
la sala de Redcord…
Es tan espectacular ver todos esos anclajes en el techo, las
cuerdas rojas, las cinchas y los straps, que es imposible no preguntarse para
qué sirven y cómo se pueden utilizar.
Así que… a ello me dispuse con la inocente compañía de
Noelia, Diego y Mayte, tres buenos amigos que se ofrecieron voluntarios para compartir
conmigo una clase muy reducida impartida por Pilar.
La primera parte la dedicamos a respirar, a sentir nuestro
centro y a trabajar la columna tumbados en el suelo, mediante la técnica del
Pilates… cuando estábamos calientes y nuestros músculos se habían oxigenado,
comenzó el trabajo propio de Redcord.
Al ver colgado tanto aparato, yo me había hecho a la idea de
que la clase sería más bien relajante, y que disfrutaríamos de una gozosa
sensación de ingravidez… y es así cuando el Redcord se utiliza para
rehabilitar, pero no exactamente cuando el objetivo es la preparación física.
La base del trabajo es utilizar el propio peso y su
resistencia para irle dando protagonismo a las distintas cadenas musculares del
cuerpo.
Comenzamos trabajando las piernas, los glúteos, tumbados
boca arriba y de perfil, ejercitando cada zona con una buena dosis de esfuerzo.
La sensación es que tu cuerpo se activa y vas poniendo en marcha todos esos
músculos que, más a menudo de lo que sería conveniente, están medio dormidos.
Es un entrenamiento muy progresivo, por lo que vas entrando
en él paulatinamente, dosificando la energía y sintiéndote muy bien en todo
momento.
Se nota rápidamente que las combinaciones de ejercicios de
Redcord son infinitas y que la dificultad puede ir en aumento a medida que la
persona vaya adquiriendo mejor forma física.
Con sólo una clase de nivel básico nos damos cuenta los
cuatro de que no estamos tan en forma como pensábamos, y que empieza a aparecer
algún dolorcillo que, previsiblemente, se transforme en agujetas unas horas después… pero lo
intentamos y le ponemos voluntad para llegar al final de la clase de la mejor
forma posible.
En algún momento la dificultad nos puede y flaquean las
fuerzas, así que Pilar decide introducir en la clase un elemento nuevo… una cincha
que colocada rodeando las caderas facilita la ejecución de los ejercicios y nos
permite realizar alguna serie que, por nosotros mismos, no habíamos sido capaces
de terminar.
Con las piernas trabajadas, nos dedicamos al abdomen, con
series de abdominales y terminamos de pie para ponernos con los brazos…
Después de 50 minutos de Redcord nos sentimos ¡cansados pero
vivos!
Con la satisfacción del deber cumplido, Pilar nos manda
tumbarnos boca arriba y colocados en las cinchas y los straps, nos quedamos
suspendidos en el aire, ahora sí, con sensación de ingravidez, y nos relajamos
con los ojos cerrados y un suave movimiento oscilante que consigue relajar
todos los músculos trabajados…
Debo confesar que esos cinco minutos de relajación total
fueron mi parte favorita de la clase… dejo un testimonio gráfico que así lo
atestigua.
La experiencia fue muy grata y estoy deseando repetirla…
por fin he visto el blog. Me parece estupendo. Creo que me deberia de apuntar contigo a probarlo.......
ResponderEliminarNo sé quién eres pero serás bienvenid@ en Akro Madrid
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