miércoles, 5 de febrero de 2014

Calor mágico...



Llevo una temporada con un terrorífico dolor de espalda. El exceso de horas sentada delante de un ordenador, unido a la tensión, picos de trabajo y menos ejercicio físico del que sería recomendable, han dado como resultado serias contracturas en la zona del omóplato, trapecio izquierdo y vértebras cervicales.
Como no procede que la Community Manager de un centro de salud integral como Akro, con grandes expertos en dolor, sufra molestias en la espalda, me puse gustosa en sus manos.
El primer tratamiento fue manual y con ello intentaron descontracturar la zona, relajar la musculatura, deshacer algunas fibrosis y nudos que producían los dolores más agudos para dejar la espalda lo más relajada posible.
La terapeuta utilizó técnicas comunes a la fisioterapia y la osteopatía, realizó algunas manipulaciones con el fin de colocar las vértebras que se habían desplazado con la tensión y que, en parte, eran responsables del dolor.
El masaje en toda la espalda y las movilizaciones contribuyeron a descargar la zona y bajar el grado de dolor, que era permanente incluso permaneciendo inmóvil, pero era tal la congestión de la zona que no fue suficiente.
Al comentarle a Marta Yuste, Directora de Akro, que cualquier episodio de estrés reactivaba el dolor, decidió completar el tratamiento con Indiba, un aparato de radiofrecuencia que trabaja con calor y que le resulta altamente agradable y placentero al cuerpo mientras te lo están aplicando.
La sensación es un calor natural, que ni molesta ni duele, que va relajando el cuerpo, que lo sana, puesto que favorece la regeneración celular y de los tejidos… deshaciendo contracturas y trabajando la zona de modo no invasivo.
Indiba provoca una adecuada movilización de los iones y un incremento homogéneo de la temperatura, lo que permite a los tejidos recuperar su actividad óptima a través de tres efectos principales: bioestimulación, microcirculación e hiperactivación.
La sensación del Indiba en el cuerpo es absolutamente relajante y placentera… a medida que la terapeuta iba masajeando mi espalda con Indiba sentí una calma muy agradable y cómo poco a poco iba desapareciendo el dolor.
La aplicación de esta técnica de radiofrecuencia fue crucial en la curación, y aunque el estrés ha provocado que el dolor de espalda haya durado más días de lo que me hubiera gustado, ambos tratamientos aliviaron el sufrimiento que me provocaba una molestia continua, que se agudizaba al dormir, y que me impedía bailar, hacer ejercicio o simplemente mover la espalda y el brazo izquierdo con naturalidad.
Terapia manual más Indiba, una buena combinación para que el dolor desaparezca de nuestras vidas.