Siempre he sabido que era una mujer de hoy, una moderna
vamos, pero lo que no tenía tan claro es que ¡Voy por delante! ¿Seré una
visionaria?
Podría parecer una cosa positiva, un avance, un logro… pero
la realidad es que la conclusión de que soy muy ‘echada palante’ es el
resultado de la valoración que me hizo Pablo Vera, fisioterapeuta e instructor
del Grupo Akro la semana pasada.
Todos los pacientes que llegan a Akro se someten a una
evaluación completa cuyo fin es diagnosticar el estado general de la persona,
posibles lesiones, cadenas musculares dañadas, vicios posturales y problemas
que ellos se van a encargar de resolver con distintas terapias o gracias a las
clases de Pilates o Redcord.
El protocolo de valoración tiene dos partes, en la primera
te hacen unas fotografías de frente y de perfil que, procesadas por un programa
específico que une puntos determinados del cuerpo, detecta los errores de base
en la posición del paciente y sus efectos secundarios.
Así que, muy obediente,
posé en la pared blanca y el Ipad de Pablo nos dio varios datos interesantes…
El primero, que tengo la cabeza y los hombros adelantados al
resto del cuerpo… algo que muchos terapeutas interpretarían como que quiero ir
por delante, que me anticipo a las cosas y que soy muy mental, que vivo poco el
presente y que siempre estoy en hipótesis de futuro.
Esa podría ser una explicación, otra, mucho más física, es
que ese error postural le hace soportar a mi cuello una presión de ¡nueve kilos
y medio!, cinco por encima de lo ideal teniendo en cuenta mi complexión física.
Está claro que la cabeza me pesa más de la cuenta, no sé si
por acumulación de pensamientos y preocupaciones, o porque ando muy descolocada
(los terapeutas de Akro Madrid se inclinan por la segunda opción).
Una vez detectado ese primer problema corporal, llegó el
segundo… una rotación externa de mi pie derecho, fruto de una fractura mal
curada de tibia y peroné, que sufrí cuando tenía once años.
Una mala decisión médica y una escayola a destiempo hicieron
que mi pie y mi rodilla soldaran en un eje diferente, lo que, después de 25
años andando como un pato, con los pies a las tres menos cuarto, ha debilitado
considerablemente algunas cadenas musculares de ese lado de mi cuerpo, para
compensar esa mala pisada.
Detectados esos dos primeros problemas, Pablo me enseña en
pocos minutos cuál sería el tratamiento y la terapia para corregir esos
errores, para fortalecer las zonas más afectadas y para ir mejorando la postura
poco a poco.
Nos vamos a la camilla y mediante algunos test realizados
con ejercicios de Redcord, Pablo comprueba y me enseña, mediante la grabación
de vídeos, movimientos que mi cuerpo es incapaz de realizar correctamente, por
falta de fuerza.
Aumentamos el soporte que ofrece Redcord, ayudamos a mi
cuerpo a conocer de dónde viene esa debilidad y en tan sólo cinco minutos de
tratamiento, comprobamos cómo ha mejorado el resultado repitiendo los
ejercicios que evidenciaban los fallos.
Es realmente increíble cómo explicándole a los músculos lo
que tienen que hacer, y ayudándoles mediante la activación, las células guardan
esa información y el cuerpo va corrigiendo lo que hacía mal.
Me resultó realmente apasionante tanto la valoración como el
ejemplo de tratamiento que recibiría cualquier paciente de Akro después de
conocer su estado físico real.
Yo, de momento, seguiré con mis clases de Record y Pilates,
siendo ahora más consciente de cómo mejorar mi postura para aliviar tensiones y
evitar futuras lesiones.
Como deseo de ese futuro en el que vive mi cuerpo, espero,
en algún momento, que mi cabeza adelgace los cinco kilos que le sobran, y que
deje de ir por delante de las cosas, que erguida y colocada como debe, encima
de los hombros, está mucho más bonita.