lunes, 18 de noviembre de 2013

Reformándome...


Hoy, lunes 18 de noviembre de 2013, puedo decir que mi actividad favorita de Akro Madrid son las clases de Pilates... Acudir al centro dos veces por semana a ponerme en forma con esta completísima técnica se ha convertido en una rutina que me motiva y, sobre todo, que me activa el cuerpo.
Nunca había hecho antes una clase de Pilates, y aunque vivo rodeada de profesores y practicantes, curiosamente no me había sentido muy atraída por descubrir las bondades de esta técnica.
Pilar ha sido la encargada de acercarme poco a poco al Pilates, y más concretamente a Stott Pilates, la aproximación contemporánea de las enseñanzas de Joseph H. Pilates. Su fundadora, Moira y Lindsay Merrithew, junto con un equipo de fisioterapeutas expertos en biomecánica y profesionales del fitness, han dedicado más de 25 años a redefinir el método de ejercicios del Pilates original hasta lo que hoy se conoce como Stott Pilates.
El Grupo Akro lleva diez años formando profesionales en esta disciplina, ya que son el único centro de formación y titulación autorizado en España.
Parte de esa evolución del Pilates tradicional consiste en el uso de una serie de máquinas que no podían tener un nombre más apropiado… son las REFORMER y, desde luego, a la cuarta vez que has pasado una hora subida en ellas, sientes que, como mínimo, algo estás reformando en tu cuerpo.
Se trata de las maquinarias que podemos implementar dentro del entrenamiento en Pilates. Esta equipación está indicada de manera efectiva para mejorar la estabilidad y la fuerza del tronco, el acondicionamiento de las extremidades, la estabilidad articular, la flexibilidad, el equilibrio y la coordinación, trabajando contra diferentes resistencias en una base móvil.
Gracias a este carrito lleno de posibilidades, el abanico de ejercicios que incorporan la resistencia de los muelles se multiplica por cien. De esta forma, podemos combinar ejercicios con mayor o menor soporte y, por tanto, facilitar o dificultar algunos de los ejercicios de otras equipaciones o del suelo.
Al principio la máquina da cierto respeto porque no sabes muy bien cómo manejarte en ella, pero si las explicaciones son las correctas, rápido te familiarizas con su uso y sus múltiples posibilidades.
Nunca pensé que el Pilates fuera duro, más bien lo tenía interiorizado como algo tranquilo, donde la respiración tiene una importancia vital y que centra sus ejercicios en la zona central del cuerpo. Pero eso es una idea tan superflua que poco tiene que ver con la realidad.
Se respira sí, mucho y bien, y se trabaja la zona lumbopélvica desde una forma muy consciente, pero hay mucho más…
A medida que he ido investigando he descubierto que el Pilates tiene grandes ventajas: aplana, tonifica y fortalece los abdominales; desarolla músculos más alargados, mejora la postura, previene lesiones, aumenta la circulación y alivia tensiones; activa la conciencia corporal (cierto, tengo agujetas y dolores en músculos que no sabía que existían); busca un equilibrio entre fuerza y flexibilidad; aumenta la concentración (imprescindible si quieres salir viva del Reformer, estar con los cinco sentidos) y mejora la autoestima…
Lo que más me gusta de las clases de Pilates es la conciencia que me está dando de mi cuerpo y de cómo lo trabajo. Nunca antes me había pasado con otras disciplinas deportivas… y tampoco anteriormente había sentido los músculos más activos, tanto durante la clase como después. Es cierto que llevo apenas un mes, y que todavía me queda un largo camino por recorrer, pero la primera toma de contacto ha sido fantástica y espero seguir aprendiendo.
Además, en Akro se toman muy en serio la enseñanza del Pilates, tanto a nivel profesional como con los clientes y pacientes, y las clases se realizan con un máximo de cuatro alumnos, lo que permite una monitorización y un control continuo de la forma en la que se están ejecutando los ejercicios.
Desde mi escasa experiencia, creo que es un detalle fundamental para que el resultado sea el adecuado, y sobre todo, para evitar posibles lesiones derivadas de su mala praxis.
Os dejo que mi Reformer me espera con los muelles abiertos para regalarme una nueva jornada de ejercicios de tonificación y una buena dosis de agujetas.
¡Actívate y Refórmate!

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