lunes, 28 de octubre de 2013

Yo soy... ¿Quién soy?



Hace unos días Marta Yuste, Directora General del Grupo Akro, me invitó a conocer a Carmen Cebriá, Maestra en Reiki desde el año 2000, con 15 años de experiencia en terapia emocional y energética, y creadora del Método ‘Conciencia Yo Soy’.
Me habló maravillas de su capacidad para reconectar a las personas con su verdadera esencia, y no me lo pensé dos veces; la llamé y pedí cita para tener una sesión con ella en Akro Madrid.
Me presenté ante Carmen con pocos datos, sin conocer apenas su metodología, pero eso sí, con la mente muy abierta para absorber todo lo que pudiera decirme.
Sin una motivación, ni un malestar concreto, me puse en sus manos absolutamente receptiva. ‘Conciencia Yo Soy’ es un aprendizaje vital para conocer, sentir e integrar nuestros 4 cuerpos: físico, mental, emocional y el Yo Soy.
Me pareció perfecto empezar mi experiencia en Akro tomando conciencia de quién soy, qué soy y qué proyecto, algo que, por raro que parezca, no siempre coincide. Al fin y al cabo, como me dijo Carmen, todos llevamos dentro un gran actor.
Carmen me ofreció herramientas para conocerme mejor, invitándome a observar mi realidad desde la calma, la respiración, la meditación, permitiéndome ser más intuitiva y dejando de lado el ego, para darle protagonismo al corazón.
Sus manos transmiten mucha paz, mucho amor, y además, a medida que avanza la sesión, sientes cómo despierta tu potencial, cómo te ayuda a conectarte con tu verdadera esencia y cómo te abre los ojos a sentimientos, emociones y situaciones no resueltas, que aparcamos, o dejamos en el congelador para evitar el sufrimiento.
En pleno siglo XXI, la gestión de lo emocional sigue siendo nuestro punto débil… cuidamos nuestro cuerpo, nuestra mente, nos creemos en forma y en plenitud, hacemos un millón de cosas al día, pero a veces no le dedicamos ni cinco minutos a nuestros sentimientos. Eso nos lleva a vivir en un desequilibrio constante, a sentirnos tristes y apagados sin saber el motivo, y a canalizar muy mal nuestra energía.
Ahora, después de conocer a Carmen, sé que no es casual que mi primer contacto terapéutico con Akro fuera ella… tenía que conectarme conmigo y ser consciente de que aún me queda mucho trabajo personal por hacer, a la par que con mi cuerpo físico, pues es ahí donde percibimos nuestros estados emocionales, y donde creamos malestares y dolencias que nos indican lo que nos ocultamos o negamos a nosotros mismos. Para trabajar esa idea global del individuo, Akro es el lugar perfecto porque sus profesionales creen y defienden la necesidad de abarcar esa totalidad cuerpo-mente-emoción.
Hoy soy más consciente de mi realidad actual, vivo el presente, detecto con más facilidad los momentos de estrés e intento liberarme de juicios, críticas, culpas, emociones o sentimientos inconscientes que nos van minando por dentro y nos separan de nuestro camino.
La mayoría de las veces no encontramos respuestas al cansancio, a las enfermedades, los problemas de pareja, los conflictos laborales y personales… y la clave, casi siempre, está en nosotros mismos. La cosa está en que es más fácil echar balones fuera, que mirar hacia dentro y entrar en las habitaciones que hemos preferido cerrar y llenar de polvo. Limpiar casi siempre da pereza, ya sea por fuera, o por dentro… pero cuando uno se decide, y se pone, la satisfacción de verlo todo reluciente no tiene precio…
Carmen nos invita a limpiarnos, a coger el trapo y la fregona y a sanarnos desde el amor, Amor en mayúsculas y bien entendido, el que empieza por uno mismo y se vive y comparte con el otro.
Ella es sólo un vehículo que hace que te sientas más libre, te ayuda a romper cargas e interferencias que nos proyectan familiares, amigos, parejas y personas con las que tenemos vínculos emocionales que no siempre son positivos. Cortar con esos lazos que nos impiden avanzar es sinónimo de libertad.
Durante las dos horas que compartí con ella lloré, reí, me emocioné, buceé en mi interior y fui consciente de que soy mucho más de lo que creo que soy. Me puso el ejemplo perfecto, sacó una matrioska y me dijo, ¿ves esta muñeca grande Anabel?… pues eres tú… y abriéndola empezó a extraer de esa primera muñequita de madera un montón de réplicas cada vez más chiquititas… cuando sacó la última, apenas una veinteava parte de la grande, me miró con afecto y me dijo “Ana, no te conformes con ser una miniatura de ti misma”.
De repente esa fila de muñecas cobró sentido y muy emocionada le di las gracias a Carmen por ser capaz, sin conocerme de nada, de darme mensajes tan contundentes.
Intentaré tener los ojos y el corazón bien abiertos para mantener este nuevo estado de consciencia y no volver a sentir que soy una sombra de mí misma.

viernes, 25 de octubre de 2013

En primera persona


Me presento, mi nombre es Anabel Poveda, tengo 36 años y soy periodista de profesión y vocación.
Desde hace 13 años ejerzo esta bella y denostada profesión que me sigue ilusionando cada mañana al despertarme, a pesar de resultar cada día más complicado vivir de ella.
Este 2013 ha sido lo más parecido a un billete infinito en la más kamikaze de las montañas rusas. Subidas, bajadas, looping y un vértigo constante producto de la incertidumbre.
Parece que todas las parcelas de la vida se ponen de acuerdo para destartalarse a la vez y no darle un respiro al cuerpo.
Pero como creo firmemente en el positivismo, en el poder del individuo para cambiar su realidad y en la confianza, ya es momento de abandonar esta inercia y bajarse de la montaña rusa y elegir una atracción más sosegada, donde reine la paz y pueda disfrutar de un agradable paisaje.
Este nuevo rumbo viene de la mano de la oportunidad que me brindan los profesionales de Akro, una empresa joven, emprendedora y vitalista que tiene como objetivo mejorar la salud y el estado físico de todos los que se ponen en sus manos, a través de las terapias más efectivas, las técnicas más avanzadas de rehabilitación y una formación de calidad ya reconocida dentro y fuera de nuestras fronteras.
Los terapeutas de Akro me invitan a ponerme en sus manos para experimentar en carne propia todo aquello que pueden hacer para mejorar mi salud, mi cuerpo y mi vida.
Nada más interesante para un periodista que poder vivir aquello de lo que tiene que escribir.
Me enfrento al reto de ser capaz de transmitir a través de estos artículos todo aquello que mi mente y mi cuerpo vayan sintiendo los próximos meses. Me entrego a ellos con los ojos cerrados, sabiendo que su único objetivo es sacar lo mejor de Anabel.
Allá vamos…
Será un placer y un honor que me acompañéis en este proceso de cambio.
Siempre me gustó viajar acompañada…