lunes, 16 de diciembre de 2013

El poder de lo sutil...



Esta semana he tenido la suerte de experimentar la terapia sacro craneal, una técnica osteopática que consiste en liberar las fascias y tejidos que envuelven los huesos del cráneo.
Podríamos decir que esos tejidos pocos elásticos, que recubren todas las estructuras corporales, terminan apretando más de la cuenta lo que contienen. Por poner un ejemplo fácil y visual, es como ponerse una prenda de vestir dos tallas más pequeña, al final impide el movimiento, provoca marcas, rozaduras y nos hace sentir incómodos.
Esa falta de elasticidad puede causar que haya dolor, menos espacio para el funcionamiento de los órganos, peor capacidad respiratoria, problemas digestivos, inflamación, estrés, mala circulación, tensión y sensación general de incomodidad.
La solución es sencilla, relajante y proporciona una sensación de paz y bienestar muy agradable para el paciente.
La liberación y puesta a punto de esas fascias retraídas pasa por un suave masaje en el cráneo, siguiendo la respiración propia de esta parte de nuestra anatomía. (Sí, el cráneo tiene un movimiento respiratorio propio que oscila entre ocho-doce veces al minuto, y que las manos expertas del terapeuta localizan y utilizan para movilizar con mucha sutileza los distintos huesos, consiguiendo que ese vestido que nos apretaba vaya cediendo hasta ajustarse a nuestro cuerpo sin presión).
Es un masaje sencillo, delicado y respeta la naturaleza y el ritmo de cada paciente, logrando una gran conexión entre terapeuta y cliente, y consiguiendo un alto grado de equilibrio y calma.
Lo bueno de la terapia sacro-craneal es que está indicada para múltiples dolencias, y se puede aplicar a cualquier edad, incluso a bebés, siendo sus resultados muy sorprendentes.
Está indicado para tratar dolor muscular y articular, estrés, problemas digestivos, migrañas y jaquecas, alergias, retención de líquidos, trastornos de aprendizaje como dislexia, hiperactividad....y mucho más de lo que te puedas imaginar.
El Líquido Cefalorraquídeo baña todo el sistema nervioso desde el cráneo hasta el sacro-coxis. La única forma de localizarlo es a través de la palpación manual. Y es importantísimo porque de él parten todos los sentidos, las emociones y también las funciones motoras de todo el organismo.
Bien aplicada, la técnica sacro-craneal te ayuda a detectar cualquier desequilibrio físico o mental, estabiliza el sistema nervioso y proporciona una sensación muy saludable.
Es una terapia tan reconfortante, relajante y terapéutica, que se la puede uno regalar aunque no tenga ningún problema concreto, porque no tiene efectos secundarios y siempre se consigue una sensación de bienestar muy notable. Yo me dejé acariciar por las manos de Islena, una de las terapeutas de Akro Madrid y salí con sensación de flotabilidad.
Así que, lo recomiendo. Es un buen regalo de Navidad...

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